martes, 15 de marzo de 2011

El temor a un escape radiactivo invade Japón


Tokio intensifica el estado de alerta nuclear en las centrales debido a fallas en la refrigeración


Japón se despertó entre múltiples temblores hasta que a las 10 de la mañana hora local se produjo el más grande de todos, un terremoto de 6,2 grados que llegó a notarse en la capital y en todos las poblaciones de los alrededores. El temor a una nueva alerta por tsunami estuvo en el aire durante varios minutos que hicieron que muchas personas abandonasen sus casas en busca de buenos refugios, hasta que por fin las autoridades lo descartaron.

El sismo no provocó destrozos materiales en las ciudades en las que fue sentido, aunque si hizo que los japoneses recordasen sus peores recuerdos, todavía muy frescos, de hace apenas tres días, que dejan más de 5.000 muertos.

La zona más afectada por el gran desastre natural del pasado 11 de marzo es Migayi, donde la policía confirmó que encontró dos mil cadáveres en las áreas costeras y otras mil víctimas fueron reportadas en la ciudad costera de Minamisanriku, prácticamente desaparecida por el tsunami.

Pero la cifra podría llegar a triplicarse, ya que la policía japonesa busca a diez mil desaparecidos. Además, el paradero de los ocho mil residentes de la pequeña ciudad costera de Otsuchi, en la prefectura de Iwate, es también desconocido. Pero ahí no queda todo, las cifras son más alarmantes, con al menos 550.000 personas desalojadas de seis prefecturas. En la mayoría de los casos es por falta de agua, comida y combustibles. Por lo que acuden a polideportivos y centros donde los encontrarán, aunque sea en otras ciudades diferentes a las suyas.

La Agencia de Gestión de Desastres estimó que el número de construcciones que fueron total o parcialmente destruidas alcanzaría las 630.255, pero éstos no son datos definitivos. Para llevar a cabo las labores de búsqueda y reconstrucción el Gobierno decidió hacer un gran despliegue del Ejército de más de 65.000 efectivos, pero que podrían ser aumentados a unos 100.000 para tratar de encontrar supervivientes de la tragedia.

La ayuda humanitaria de otros países empieza también a llegar procedente de varios países. Uno de los más destacados China, que no guarda las mejores relaciones con Japón, pero que ha decidido entrar a su país vecino unos 5 millones de dólares para las labores de socorro.

Mientras la población hace largas colas en las gasolineras y supermercados ante el temor a que cada día sea más difícil comprar gasóleo y productos de primera necesidad.

Mientras las autoridades intensificaron el estado de alerta nuclear en las tres centrales de Fukushima, Onagawa y Tokai debido a fallas en el sistema de refrigeración de sus reactores. La Agencia de Seguridad Nuclear Japonesa informó de que las centrales contienen fallas en el sistema de refrigeración, lo que mantiene una alerta nuclear ante el temor de una radiactividad, aunque más tarde se normalizaron.

La central de Fukushima es la más dañada, en su última explosión once personas resultaron heridas, entre ellas un soldado.

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